El cuerpo humano funciona como una máquina increíble. A medida que vamos conociendo cómo interactúan los sistemas y tejidos y los resultados asombrosos de esa conjunción, creemos que esta máquina humana no tiene límites. La medicina del deporte nació como consecuencia de investigar estos límites y aplicar todos los recursos de investigación científica así como los técnicos y medioambientales para incrementar los rendimientos atléticos en una primera instancia y este objetivo continúa hasta la actualidad.
Desde el momento en que el deporte pasa de ser un juego espontáneo y se convierte en una actividad organizada dentro de una orientación competitiva, el deportista busca métodos sistemáticos de preparación, tanto físicos como psicológicos. La información científica que recibe el deportista del médico, aportará una serie de elementos para mejorar su rendimiento, así como cuando se presentan alteraciones o lesiones durante la práctica, también se recurre al médico para que ponga al atleta en condiciones de seguir entrenando y/o compitiendo. El deportista requiere de una medicina que se adapte a las exigencias de este tiempo: diagnóstico inmediato y rehabilitación precoz.
Por otra parte, se conoce que la actividad y el ejercicio físicos son elementos fundamentales para retardar los efectos nocivos del envejecimiento y poder enfrentar las enfermedades degenerativas como la diabetes con sus diferentes manifestaciones, la osteoporosis y enfermedades del sistema osteomioarticular, enfermedades cardiovasculares, hipertensión arterial, alteraciones emocionales, u otras. Así resulta que hoy debemos sumarle a la medicina del deporte otro objetivo no menos importante, que convierte a esta especialidad en la herramienta para la promoción de la calidad de vida. Se trata de la verdadera medicina preventiva. El mundo ya no se divide sólo entre sanos y enfermos. El mundo se divide entre la gente entrenada y preparada para enfrentar actividades donde la mente despejada requiere de un cuerpo preparado y la gente vencida por el sedentarismo que sufre sus consecuencias. Por ello hoy se considera que el ejercicio físico es medicina, sólo se requiere estimar la dosis adecuada para cada individuo en función de sus necesidades.
El deporte como recreación, como ejercicio físico, como prevención y tratamiento de diversos padecimientos, como promotor de salud, ha sido una necesidad de la vida social, y en el mundo actual forma parte integral del individuo biopsicosocial que intenta el mejoramiento del hombre en cualquier etapa de la vida. Éste, no sólo busca sentirse sino también, verse bien. Es así como surge dentro de la especialidad la relación de la actividad física con la estética corporal. Uno de los principales motivos de consulta de las mujeres, y en los últimos años de los hombres, es sin lugar a duda, el estético. Entre las inquietudes más frecuentes se encuentran: el sobrepeso corporal, la celulitis y la flaccidez o hipotonía muscular.
Otro objetivo de la medicina del deporte es la de provocar en la población joven el hábito y el gusto por la actividad física, con la intención de prevenir trastornos de alcoholismo, drogadicción y diversos vicios sociales, de los cuales este grupo etario es altamente susceptible. Pero esta disciplina no deja de lado las edades extremas de la vida, los niños y los ancianos. En los primeros, por medio del juego y la estimulación física temprana, se desarrolla y optimiza el sistema neuropsicomotor. En el otro extremo de la vida, la gente madura y los ancianos que llevan una vida sedentaria, pueden también beneficiarse con los programas de actividad física que deben ser acordes con sus capacidades individuales. Para todos ellos, la práctica del ejercicio físico sin supervisión o mal controlado por personal no capacitado, es sin duda, dañino para la salud en general, puesto que las actividades que no han sido previamente dosificadas, podrían causar lesiones orgánicas de consideración, por lo que esta fase debe planificarse en relación a las características individuales y aptitudes físicas de cada sujeto.
Como se puede apreciar la especialidad es vasta y sus límites se pierden y se diluyen entre muy diversos factores. La medicina del deporte implica una medicina integral, capaz de participar en la formación del deportista tanto recreacional como de alto rendimiento, y atenderlo en sus diferentes niveles de prevención y de las repercusiones de su práctica deportiva, acompañándolo en un proceso que apoya una mejor calidad de vida personal y social, desarrollando acciones necesarias para promover y preservar la salud.